29 octubre 2008

Homilía Inmaculada Concepción 1

Todos nosotros necesitamos tener un "referente", un modelo, un ejemplo de alguien ejemplar cerca para darnos cuenta que imitando a esa persona buena podemos ser felices...
Hoy recordamos a quien mejor ejemplo que nadie nos puede dar, aquélla que reconociendo su pequeñez dijo sí al más grande, a Dios. Aquélla que creyó y vivió de verdad eso de que para Dios nada hay imposible.
En un mundo, como en el que vivimos, en el que constantemente nos están enseñando que la felicidad está en amasar riquezas, en hacer cosas extraordinarias, en ser personas famosas e importantes, en tener éxito y poder...
María nos enseña que hay otras maneras diferentes de entender la vida... que no son espectaculares, pero que dan sentido pleno a la vida y nos hacen vivirla de una manera extraordinaria (porque son cosas que no llenan nuestros bolsillos, pero sí llenan nuestro Corazón).
+ El AMOR incondicional y desprendido.
+ La AMISTAD cariñosa y compartida.
+ La AYUDA solidaria y sin esperar nada a cambio.
+ El SERVICIO desinteresado.
+ El PERDÓN ofrecido de corazón.
María es Inmaculada, llena de gracia, llena de Dios.
- Porque bebió siempre de esa fuente...
- Porque se sació siempre de esa fuente...
- Porque nunca se apartó de esa fuente...
En el gran conciero de su vida su confiado fue la nota gracias a la cual cada Adviento es su comienzo (obertura), La Encarnación su desarrollo... La Cruz y La Pascua su final apoteósico.
Dios sigue esperando hoy nuestro SÍ

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