20 octubre 2008

Homilía (27 T.O. -A- ) 2005

Por tercera vez, el Señor nos habla con la imagen de la viña y con un mensaje claro: que el Reino de los cielos es de los que responden con su vida a la llamada que Dios hace a todos ...

La Parábola que cuenta hoy Jesús es como la historia de un amor no correspondido. Y es que Dios derrocha todo su amor hacia un pueblo que constantemente le está dando la espalda ...

Hoy se nos invita a reconocer que formamos parte de la Viña del Señor, que experimentamos cómo Él nos cuida y sentirnos llamados a trabajar en la Iglesia y en el mundo.

La Parábola, por así decirlo, expresa el dolor y el cansancio de Dios ... y es que el egoísmo del hombre provoca la indignación de Dios.

Nos enseña:

1- Que lo que hacemos mal nos separa de Dios

2- Que Él tiene derecho a "cobrar" como suyas nuestras buenas obras ...

Dios sigue apostando por nosotros, su paciencia es infinita, Él espera frutos de amor, de derecho, de justicia, de entrega a los demás ...

Pero pueden surgir 3 comportamientos:

1- Los hay de los que piensan que esto no va por ellos, la indiferencia es tanta que no se dan cuenta que la (viña - el mundo) ha de ser cuidado por todos.

2- Los hay de los que sólo dan el mínimo de lo que realmente pueden dar ... la pereza les puede ...

3- Otros viven el cuidado de la viña apasionadamente, con entusiasmo, cuidado y amor ...

No podemos ni debemos defraudar a Dios, Él espera una Iglesia, unos creyentes acogedores, humildes, sin miedo al futuro, valientes ... cuyo único interés sea Dios y su mensaje de Amor y cariño a todos...

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