19 octubre 2008

Homilía ( 25 del T.O. -A- ) 2005

Muchas veces nosotros aplicamos a nuestras relaciones con Dios, las leyes del contrato laboral, las leyes de las relaciones laborales humanas... Convertimos a Dios en un jefe que debe pagarnos según nuestros méritos y nuestro trabajo.
Queremos una recompensa para el Cielo, pero también para aquí ... Es como si nos comportáramos como "cristianos a sueldo".

Esta forma de pensar no encaja en los planes de Dios.

El Evangelio nos exige un cambio de mentalidad (de chip) ... Dios no es patrono, sino un amo generoso que paga con justicia y con desprendimiento ...

Nuestra relación con Dios, no debe ser para comprar nuestra Salvación ... ha de ser una relación de hijos hacia su Padre ...

Dios es el Padre que nos da más de lo que nos merecemos y nunca debemos protestar porque se lo quiera dar a otro ...

Dos ideas:

- El tesoro de la Salvación es un regalo para todos...

- Tenemos suerte de poder servir a Dios.

Poder servir al Señor ha de ser un honor y una bendición para nosotros y ha de ser algo que pedimos y esperamos para todos ... (todos tienen derecho al igual que yo de participar del mejor premio ( la Salvación) y de encontrarse con el mejor Amigo ( Jesús ) como me he encontrado yo ...).

Nada de envidias ... Él apuesta por todos .

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