05 febrero 2012

CADA VEZ QUE DIGO QUE SOY CREYENTE. PASODOBLE DEL CARNAVAL DE CÁDIZ

Ya estamos metidos de lleno en el carnaval y por ello te recuerdo este pasodoble, por su letra,
por su defensa de la fe, ...

http://www.youtube.com/watch?v=3i441j4MNnA&fb_source=message

Cada vez que digo que yo
soy creyente,
aparece algún
valiente que me juzga,
con la voz cobarde
del intransigente
que surge siempre de
la censura...

Esos que
presumen de ser inteligentes
y van buscando su
razón en la incultura
porque no entienden
que la Fe me haga más fuerte,
que simplemente es un
invento de los curas,
que surge
nada más, que surge por el miedo hacia la muerte...

¿Y a quién se ofende si
le doy gracias a Dios?
¿Y a quién se ofende
si le pido protección?
¡Qué más me da quién
me comprende,
si el creer me hace
más fuerte
y me hace ser mejor
persona!...

Si a Dios
lo encuentro solamente en el amor
y no en las manos
indecentes que se justifican si le adoran,
ni en las manos
pederastas ni de aquellos que mataran
y juraran
en su nombre...


Dios está
en las manos del que ayuda,
del que no pregunta
nunca
y que perdona los
errores.
Ese es el
Dios que me llena,
ese es el Dios que
ilumina.

Y si en el mismo día en
que me muera
compruebo de verdad
que no existiera,
la misma Fe que
muchos tirarían,
si me hizo ser feliz
toda mi vida,
ya habrá valido la
pena, ya habrá valido la pena...

Ser religiosa…

Ser religiosa es
pertenecer a la misma estirpe de las primitivas vírgenes cristianas. Es haber
mirado una vez fijamente a la Luz y ya no ver fuera de ella apenas otra cosa
que tinieblas.

Ser religiosa es poseer un alma de precisión, un
corazón de alta fidelidad. Es dar testimonio vivo contra tanto creyente que
pretende trabajar en joyería espiritual con mentalidad y manos de un burdo
herrero.

Ser religiosa es dejar a unos posibles hijos, perderse
en el vacío bosque de la nada para casarse con Cristo en el Calvario, ese monte
donde sólo se engendran almas.

Es renunciar a tener una familia como propia con el
único anhelo de que todos te llamen: ¡Madre!; de que todos te griten: ¡Hermana!...

Ser religiosa es permanecer en constante “radioescucha”
a la espera de cualquier angustioso "S. 0. S.". Es tener el deber de
servir sin el derecho a esperar las gracias.

Ser religiosa es formar parte escogida de la reserva espiritual del
mundo, es consagrar la vida a inyectar eficacia divina en obras puramente
humanas; es, como dijo el
Maestro, escoger sencillamente la
mejor parte.

Ser religiosa es todo eso. Y por eso, agradezco a Dios
la vida religiosa.
Dios les bendiga a todas


Damián (5 de Febrero de 2012)