Todo camino lleva a su fin, tiene su meta...
La Cuaresma tiene como meta la Pascua y con la celebración de hoy entramos de lleno en la etapa final... Hemos hecho 4 paradas:
1- Las tentaciones: no nos dejes caer...
2- La transfiguración: conviértenos.
3- La samaritana: Yo soy el agua viva.
4- El ciego de nacimiento: Yo soy la Luz del Mundo.
El Evangelio de hoy nos muestra el lado más humano de Jesús... Jesús se echa a llorar, y uno sólo llora o cuando está feliz o cuando le duele algo o alguien...
Jesús llora por su amigo y nos demuestra cómo ha de ser nuestro trato con aquéllos a los que amamos, como Él... siendo compasivo...
Y es que "quien tiene un amigo tiene un tesoro".
Y Amigo es aquél que acude siempre especialmente en los momentos en los que más se necesite de él aunque no se le llame... y es que la Amistad desinteresada es la mejor medicina a muchos males...
Pero el Evangelio de hoy también nos demuestra el lado diurno de Jesús... ¿Crees esto? le pregunta a Marta...
Siglos después S. Agustin dirá: "No esperes a ver para creer... cree y verás"
Creer hace posible el milagro... la fe provoca la vuelta a la vida...
¡Sal fuera!, grita Jesús... pero ¿de dónde?
- de tu inseguridad y de tus miedos: Yo te daré la energía necesaria...
- de tu desesperanza: Yo seré capaz de poner amor y generosidad en tu corazón.
- de tu egoísmo: Yo seré capaz de poner amor y generosidad en tu corazón.
- del sepulcro de tus dolores y sufrimientos: Yo los compartiré contigo.
Parafraseando a S Agustin... hoy Jesús nos diría... "No sigas envuelto en las vendas que te ahogan y que te hacen morir... estás hecho para la vida, sal y revive... cree en mí y vivirás ..."
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