Hoy es un día para que nos preguntemos: ¿qué más puede hacer Dios por el hombre?, ¿qué más puede hacer por nosotros?.
Nos ha creado, nos sostiene y nos cuida, nos perdona y acompaña, nos ama y nos da una vida que no tiene fin...
Nos ha prometido la vida junto a Él para todos aquéllos que "comulguemos" con Él y el amor que por todos siente se ha concretizado en la Eucarisitía...
Bajo la sencillez del pan y del vino, la vida de Dios está esperando para que le recibamos y haciéndolo, nos permíta vivir como Jesús vivió.
Y hoy reconocemos que Dios siempre nos sorprende, y nos sorprende porque mientras nosotros ponemos la felicidad en tener cosas, en que nos sirvan, en aparentar... Dios nos vuelve a decir en la Eucaristía que encontraremos la felicidad en la sencillez, la humildad, el servicio, la gratuidad...
Si de alguna manera se nos ha revelado Dios es como Amor que se da, y el hombre creado a imagen y semejanza de Dios está llamado a actuar de igual manera... siendo a su alrededor Amor que se da.
La Eucaristía, como alimento espirítual, nos enseña también a compartir con otros el alimento que les falta y que necesitan...
No olvidemos que hoy se nos invita, no sólo a adorar, querer y cuidar a Jesús presente en la Eucaritía, sino a "vivir eucarísticamente", que no es otra cosa que vivir compartiendo, partiendo el pan y nuestra vida en favor de los demás...
Jesús nos necesita en los pobres...
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