Todos alguna vez hemos oído expresiones como ésta: "Tengo un buen plan", "ésta es la oportunidad de mi vida", "con este negocio, a ganar pasta a manos llenas..." Y después resulta que el plan no es tan bueno como se hace creer, que la oportunidad pasa por la humillación de otros y que puede provocar malestar...
Son las grandes tentaciones que no son otra cosa que máscaras (como las de carnaval) que pueden ocultar las malas intenciones con que a veces actuamos...
Hoy Jesús nos quiere enseñar a quitar de nuestra vida la máscara de la tentación para no dar lugar a esas malas intenciones o malas acciones que cometemos hacia Dios, hacia los demás o hacia nosotros mismos...
La palabra de Dios de hoy nos ayuda a descubrir, entender y valorar lo importante que es no caer en las tres grandes tentaciones de todo ser humano:
1) La tentación de vivir al margen de Dios.
2) La tentación de utilizar a Dios.
3) La tentación de convertir el dinero y el poder en Dios.
- Jesús es tentado por el poder (dominar la tierra).
- Jesús es tentado por el dinero (tener y poseer).
- Jesús es tentado por el prestigio (ser admirado por todos).
Y Jesús vence a la tentación desde dentro: contra la tentación del poder se humilló hasta la muerte en cruz (sirviendo y buscando el último lugar). Contra la tentación del tener, se despojó de todo (dándolo todo, hasta su vida).
Y es que la tentación se vence cuando dentro de nosotros reina el Señor.
La tentación = olvidarse de Dios, renunciar a Él.
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