27 noviembre 2008

Domingo 3º de PASCUA -A-

Siempre que escuchamos el evangelio nos hemos de sentir identificados con los personajes que aparecen ( ¿quién no se identifica con Tomás o con la Magdalena...? Todos, porque nos recuerdan nuestra existencia, nuestros logros y fracasos...
Hoy dos hombres:
- Que han perdido la fe, (algo parecido a lo que a muchos les pasa...), o lo que hoy llamamos el desencanto (y es que se vive hoy mejor, pero el disfrute es más pasajero, el nivel de vida es más alto, pero el nivel del espíritu más bajo, vivimos más acomodados pero menos apasionados, hoy no se disfruta superándose uno, sino queriendo pasar un buen rato, un buen fin de semana o un buen rollo...

-El problema surge cuando se olvida con facilidad lo que se experimenta interiomente, cuando se pierde el AMOR, la pasión.. Aquéllos gracias a Dios, no lo perdieron.
La iniciativa, como siempre, parte de Jesús, aunque nos olvidemos de Él, Él no lo hará ... Aunque ya no creamos en Él, Él seguirá confiando en nosotros...
El deseo siempre nos lleva a Él... Deseando te buscaré, Buscándote te encontraré. Ecncontrándote te amaré...
Jesús les dirige su Palabra, y como buena medicina, va haciendo efecto curativo...
Surge una petición " Quédate con nosotros..." ( como diciendo, si tú nos dejas, volverán las dudas, los temores, se enfriará nuestra alma...).
Y Jesús se quedó con ellos y les hace ver dónde lo encontrarán... en la Eucaristía...
Y aquéllo que habían visto y sentido, les lleva de vuelta a la comunidad... no pueden ya seguir sólos... necesitan una familia.
PALABRA DE DIOS, EUCARISTÍA, COMUNIDAD...
Los que se fueron desanimados... volvieron entusiasmados... ¿ Y nosotros?...

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