Desde hace ya ocho días vamos repitiendo y actualizando aquella gran noticia de la resurrección del Señor ... una realidad que ha de alegrar y dar esperanza a nuestra vida...
El Evangelio de hoy nos muestra varias actitudes que al igual que los discípulos, también nosotros sentimos:
1- El miedo, solemos tener miedo a un peligro, a la enfermedad, a la muerte... incluso a lo nuevo... se podría decir que el miedo es fruto de la inseguridad en la que muchas veces vivimos... y ante el miedo surge la presencia de Jesús...
Esa presencia que hace que los acobardados se llenen de audacia, los tristes se alegren, los desilusionados se entusiasmen...
2- La falta de fe, provocada entre otras cosas por el progresivo alejamiento de Dios y de la Iglesia que muchos experimentan.
Y es que el Evangelio de hoy nos muestra la primera "crisis de fe" de la historia... la de Tomás...
A él le pasaba como a esas "ascuas" que separadas del fuego... van perdiendo su brillo y se enfrían... al volver al fuego lo recuperan y vuelven a calentar...
Se subraya, por tanto la importancia de la "comunidad", de la Iglesia para fortalecer la fe y sentir la paz que nuestra vida necesita...
Se deja la Iglesia: por decepción, por no sentir que ella da sentido a la vida, por comodidad o por no complicarse la vida...
El sentido a nuestra fe lo encontramos en esa frase: " Hemos visto al Señor".
Habría que preguntarse: ¿somos una comunidad creíble? Nuestra vida, obras, palabras, ¿dan credibilidad al mensaje que hemos de transmitir al mundo?.
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