20 febrero 2009

Domingo 23 del T.O. -B-

Como siempre ocurre en el Evangelio, hoy nos podemos volver a identificar con algunos de los personajes que aparecen, en concreto con el sordomudo...

Él es símbolo de un mundo aislado, sin comunicación.

Solemos decir: ¿Qué me pueden enseñar los demás que yo ya no sepa?.

Y ante ésta o parecidas preguntas podríamos pensar en ese refrán: "No hay peor sordo que aquél que no quiere oír".

Solemos tener varios tapones que no nos dejan oír, no sólo a los demás, sino a Dios:

1- La Soberbia, que hace que no nos hagamos pequeños como Dios quiere.

2- La Vanidad, que nos impide seguir a Cristo por el camino de la sencillez.

3- El Egoísmo, que nos impide oír lo que Jesús nos dice sobre el amor al prójimo y el espíritu de servicio.

4- La Violencia, que hace que hundamos cada vez más a los demás.

5- La Avaricia, que hace que no compartamos nada con los demás...

Ojalá escuchemos hoy del Señor "efetá" :

Ábrete - Cambia - Conviértete...

Ojalá, y eso le pedimos, abramos nuestros oídos, nuestro corazón y nuestra vida a aquél que nos puede liberar y ofrecer la libertad y felicidad que buscamos en nuestra vida...

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