A lo largo de toda su vida Jesús quiso dejar claro que si nos acercamos a Dios, si confiamos en Dios todo nos irá bien, incluso aunque tengamos que pasar por momentos difíciles y dolorosos...
El texto de hoy recoge la última y definitiva bienaventuranza de Jesús: "Dichosos los que crean sin haber visto..." e inevitablemente nos recuerda aquéllas otras con las que Jesús comenzó su predicación: En aquéllas se nos invitaba a abrazar la pobreza y la humildad frente a las ansias de poder y riqueza que nos hace esclavos e injustos con los demás, en aqullas se nos invitaba a luchar por la Paz en contra de toda violencia... y hoy se nos invita a creer frente a la incredulidad, al miedo y a la desesperanza... Jesús no hace otra cosa sino invitarnos a confiar en Él...
Hoy el Señor es como si nos dijera que sólo resucitará aquél que intenta practicar las Bienaventuranzas:
- Quien elija ser pobre entre los pobres.
- Quien elija ser pacífico entre los violentos.
- Quien elija ayudar, compartir y soliarizarse con los demás...
- Quien crea aun sin haber visto, pero sí sintiendo lo que se siente al creer...
¡Ése resucitará...!
Tomás no creyó porque no se encontraba en la Comunidad... lo que nos hace pensar que Cristo sólo es reconocido en Comunidad...
Cada Domingo, en cada Eucaristía volvemos a encontrarnos con Aquél que se hace Palabra para que le escuchemos y se hace Alimento para que le recibamos... ¿Qué más se puede pedir...!
Ojalá aprendiéramos que lo definítivo no es ver, sino AMAR... porque sólo el Amor hace que veamos con el corazón y creamos...
Que así sea.
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