16 febrero 2009

Domingo 14 del T.O. -B-

Acabamos de escuchar uno de esos momentos en los que Jesús revela con la mayor naturalidad su identidad. Jesús se presenta con apariencia sencilla, común, cotidiana y los suyos no lo reconocen porque se imaginaban al Mesías lleno de Grandiosidad y Poder.

A nosotros también nos puede pasar como a aquéllos: Conocemos a Cristo desde pequeños ( fuimos bautizados, nos hablaron de Él en Catequesis... nos casamos por la Iglesia...) Le conocemos, pero somos incapaces de reconocerlo.

Nos empeñamos en construir una determinada imagen de Dios y si se nos presenta distinto... no lo acogemos ( "Tuve hambre..., tuve sed..., fui forastero..., estaba enfermo... ).

Buscamos a Dios " por fuera" o "por las nubes" y no nos damos cuenta que pasa por nuestro lado o nos lo cruzamos a diario por las calles...

No nos damos cuenta que un peligro que tenemos es el de la "distracción" y nos confesamos poco o nada de nuestras distracciones en la vida... Lo conocemos pero no lo reconocemos... y peor ... no lo acogemos en nuestra casa...

Hoy Jesús pone en evidencia la falta de fe de los suyos y la incapacidad de reconocerlo...

Aprendamos hoy que Dios rompe todos "nuestros" esquemas porque al escoger lo humilde y sencillo nos está mostrando la grandeza y el poder de lo Extraordinario... Y no olvidemos que esto se siente y se ve a través de los ojos de la Fe...

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