24 enero 2010

Domingo 8º T. O. - C -

Acabamos con esta celebración la primera parte del llamado Tiempo Ordinario, ya que el próximo miércoles comenzaremos la Cuaresma.

Por tanto, toda la liturgfia de hoy nos invita a cerrar un periodo, una etapa del año litúrgico, durante la cual hemos ido siguiendo los inicios del ministerio de Jesús.

El cual se dirige hoy a los que le escuchaban con palabras directas y contundentes:

¡Hipócrita! Sácate primero la viga que llevas en tu ojo".

Aludiendo a que muchas veces observamos lo que de negativo hay en el otro sin darnos cuenta que nosotros quizás somos peores...

Es curioso comprobar (haced la prueba) que cuando uno acusa a otro señalándolo con el dedo índice ( como una pistola ), hay otros tres dedos que al mismo tiempo apuntan hacia atrás.

- El dedo índice señala la mota que descubro en el ojo de mi hermano.

- Los otros tres dedos (el medio, el anular y el meñique) no olvidan la viga que llevo en mi ojo.

- Mientras tanto el pulgar parece indicar que entre el otro y yo está Dios, Aquél a quien no podemos engañar nunca.

Uno puede decir: " Voy a criticar al otro, voy a despistar, voy a engañar, voy a esconder mis actos... " pero Dios conoce nuestro corazón profundamente.

Y es que, no vale aparecer como bueno, si no lo soy, ni como generoso si soy un egoísta...

Tenemos que trabajar para que nuestro corazón sea bueno, generoso y fraternal.

El corazón suele ser como una esponja.

- A la esponja si se la tiene siempre en agua, es suave y está siempre llena y fresca.

- Si se la olvida uno en un rincón, se seca y ya no sirve para limpiar, no hace más que rascar...

Así le pasa también al corazón:

* Cuando lo empleamos para amar, servir, ayudar, perdonar... el corazón es bueno, está limpio y es sincero...

* Cuando no se le emplea más que para el "Yo" egoísta, entonces se seca, se hace duro, se inutiliza...

Que nuestro corazón sea siempre una esponja que se empape de todo lo bueno y que sepamos ver antes nuestros defectos para así poder ayudar a los demás como Dios quiere...

Que así sea.

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