24 enero 2010

Domingo 6º del T.O. -C-

Todos nosotros coincidiríamos en dar una única respuesta a una única pregunta: ¿Deseas ser feliz? Ciertamente que sí... todos estamos hechos para la felicidad... Busca la felicidad tanto el niño como el adulto, el héroe como el cobarde, el pobre como el rico... lo que pasa es que cada uno de ellos lo busca por un camino distinto...

Todos sabemos que la felicidad no se logra de cualquier manera, que no se puede comprar, como tampoco se puede comprar la alegría, la amistad o la ternura...

Solemos tener nuestras propias "Bienaventuranzas"..., tan distintas a las de Jesús...:

- Dichosos los que tienen una buena cuenta corriente.

- Dichosos los que se pueden comprar el último modelo.

- Dichosos los que triunfan en la vida, los aplaudidos, los bien vistos, los que no tienen problemas..

Visto así, parece más feliz el que más tiene, más puede, más vence, más disfruta... En el fondo, esa felicidad es egoísta, pasajera y transitoria, llena a manera de ilusión mágica un vacío y una necesidad que tenemos todos...

Jesús hoy nos deja claro que la felicidad no consiste en poseer ni en tener, sino en dar. La felicidad no está en reír sino en solidarizarse con los que lloran y sufren...

Lo cierto es que Dios no quiere la pobreza, ni el hambre, ni el llanto, ni el dolor... lo que Él nos dice es que mientras todo eso exista, el único camino para ser felices es el de solidarizarnos con esas personas.

+ Si un miembro de nuestra familia o de nuestros amigos sufre, nunca podremos ser felices... Lo seremos en la medida en que le ayudemos...

Hoy Jesús nos dice: Feliz tú cuando ames, cuando compartas, cuando perdones, cuando seas fiel a tu conciencia... sencillamente porque estás invirtiendo en alegría y en felicidad, tanto en la tierra como en el cielo. Y esta alegría llenará tu vida y no te la quitará nadie...

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